5/14/2012

Amanece,
y la luz de tu mirada
iluminó mi alma.

Qué delicioso despertar en tu lecho,
abandonar el sueño
y acurrucarme en tu pecho,
tibia y mullida nube que cobija mis miedos.

En tus brazos no pasa el tiempo,
y el viento suave entrando por la ventana
me trae tu aliento,
aroma cálido, dulce...
que invita a morder tus labios
y a comer esa boca.

Qué dicha es despertar en tu regazo
qué mágico es sentirte conmigo,
justo aquí, a mi costado.



PASSIÖN

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